Pirámides de Güimar |
Adquirió otras propiedades como la finca La Chacona en Güimar, nombre que al parecer dan a la piedra en Venezuela (1), Chacona fue el nombre que le puso y que sigue llamándose hoy en día a la finca que compró según escritura firmada en La Laguna el 11 de abril de 1854 ante el escribano Miguel Cúllen, a Isabel de Castro Ayala (posible pariente de su esposa), viuda de Francisco Baulen García, y radicada en las afueras del casco de Güimar, en el camino que va a Arafo, por la cantidad de 32.000 reales de vellón, y que era parte del heredamiento que comprendía los terrenos y aguas que se extendía desde Arafo hasta Agache.
Cuando compró la finca solo se describía que se componía de un terreno de 73.800 m2. En esta finca construyó en 1875 una casa de dos plantas, de unos 800 m2 en total, sobre un solar de unos 500 m2 (conocida popularmente en Güimar, cuando fue vendida por la familia, como la casa del Miedo).
Chacona formaba parte de una propiedad perteneciente a la familia Baulen que llegaba desde Güimar hasta Arafo. No se sabe con certeza que hasta ese momento estuviera cultivada, pero es bastante probable que no. Si no había cadenas y no se dedicaba intensamente al cultivo, la zona sería un cardonal tabaibal.
Chacona formaba parte de una propiedad perteneciente a la familia Baulen que llegaba desde Güimar hasta Arafo. No se sabe con certeza que en la primera mitad del s. XIX estuviera cultivada, pero es bastante probable que fuera un terreno inculto. Si no había cadenas y no se dedicaba intensamente al cultivo, la zona sería un ecosistema que en Canarias es denominado malpais con una presencia botánica del tipo cardonal-tabaibal.
A partir de 1854, la finca se dedica al cultivo intensivo de tuneras o chumberas, al objeto de producir cochinilla. Es probable que en este momento se prepararan las cadenas y bancales que son los que todavía existen.
La casa Chacona se termina de construir en 1875 y en las escrituras de la propiedad aparecen por primera vez descritas las pirámides o mojones,
Sobre la construcción de estos mojones aparecen diversas hipótesis.
Puede ser que en algún momento entre 1854 y 1875 se produce una reorientación de algunas cadenas hacia el solsticio por una afición del propietario hacia la cultura egipcia antigua, americana precolombina o de bien también de tipo masónico.
O bien por el contrario se encuentran y desentierran construcciones que ya existían allí en el terreno, y que, aunque si bien no fueran construcciones indígenas, podría tratarse de construcciones anteriores, de navegantes que desde el siglo X antes de nuestra era, circunnavegaban las islas y realizaban asentamientos temporales, y que al ser abandonadas pudieron ser reutilizadas por los nuevos pobladores traídos con posterioridad, siendo por una parte desconocido por el grueso de esa población, y también pasaría desapercibida por los conquistadores ocultas bajo zarzas, matorrales y tierra.
Podría haber pasado como a las instalaciones religiosas de Gran Canaria: Cuatro Puertas, Amurga, Bentaiga, las cuevas del Caballero, Candiles, o Gáldar, Arteara, Guayadeque, etc. que no fueron destruidas y quedaron ocultas o fuera de la curiosidad y entendimiento de los conquistadores y gracias a ello se han preservado.
A las propias pirámides de Güimar que vemos hoy en día les pasó lo mismo. Las pirámides que es evidente existían en el siglos XIX, se olvidaron y se volvieron a redescubrir después de quedar prácticamente desaparecidas durante más de un siglo hasta que fueron redescubiertas hace unos 20 años, en la década de los ochenta del siglo pasado.
Entre 1868 y 1875 iniciaría la sustitución de la cochinilla por el cultivo tabaco como una salida a la recesión o mejor el "crack" económico de la década de 1870 que comenzaba. También se construiría un secadero de tabaco, estanque, cuadra y 16 horas de agua cada 14 días (1 hora = +/- 36 m3 = 36.000 litros, total 576.000 litros cada 14 días). Es significativo también tanta cantidad de agua para regar chumberas (opuntia ficus barbarica L. Miller) que son plantas xéricas que necesitan poco riego.
Se podría pensar que esta finca tenía algo especial porque no era la más idónea para plantar chumberas. Podría haber algo más importante oculto.
En esta finca se encuentran las famosas pirámides de Güimar. No es normal construir pirámides a lo largo de 7 Ha. Eso me parece que es una construcción demasiado significativa. Evidentemente la pirámides ya estaban allí cuando la heredó mi bisabuelo Antonio Díaz-Flores de Vera, pero debió ser que no se entendió correctamente la monumentalidad de esta obra, tal vez porque las pirámides no tenían valor comercial ni de otro tipo, y tampoco tenían ni para su hijo ni para el mercado de aquella época un atractivo, sentido o significado concreto. Sin embargo hoy es la propiedad de todas las que poseyó con un valor de explotación mayor, que aporta muchos beneficios a la empresa que la gestiona, debido al atractivo de las pirámides, independientemente de los valores especulativos propios de éste terreno y de las del resto de propiedades de los otros lugares.
Podría haber pasado como a las instalaciones religiosas de Gran Canaria: Cuatro Puertas, Amurga, Bentaiga, las cuevas del Caballero, Candiles, o Gáldar, Arteara, Guayadeque, etc. que no fueron destruidas y quedaron ocultas o fuera de la curiosidad y entendimiento de los conquistadores y gracias a ello se han preservado.
A las propias pirámides de Güimar que vemos hoy en día les pasó lo mismo. Las pirámides que es evidente existían en el siglos XIX, se olvidaron y se volvieron a redescubrir después de quedar prácticamente desaparecidas durante más de un siglo hasta que fueron redescubiertas hace unos 20 años, en la década de los ochenta del siglo pasado.
Entre 1868 y 1875 iniciaría la sustitución de la cochinilla por el cultivo tabaco como una salida a la recesión o mejor el "crack" económico de la década de 1870 que comenzaba. También se construiría un secadero de tabaco, estanque, cuadra y 16 horas de agua cada 14 días (1 hora = +/- 36 m3 = 36.000 litros, total 576.000 litros cada 14 días). Es significativo también tanta cantidad de agua para regar chumberas (opuntia ficus barbarica L. Miller) que son plantas xéricas que necesitan poco riego.
Se podría pensar que esta finca tenía algo especial porque no era la más idónea para plantar chumberas. Podría haber algo más importante oculto.
En esta finca se encuentran las famosas pirámides de Güimar. No es normal construir pirámides a lo largo de 7 Ha. Eso me parece que es una construcción demasiado significativa. Evidentemente la pirámides ya estaban allí cuando la heredó mi bisabuelo Antonio Díaz-Flores de Vera, pero debió ser que no se entendió correctamente la monumentalidad de esta obra, tal vez porque las pirámides no tenían valor comercial ni de otro tipo, y tampoco tenían ni para su hijo ni para el mercado de aquella época un atractivo, sentido o significado concreto. Sin embargo hoy es la propiedad de todas las que poseyó con un valor de explotación mayor, que aporta muchos beneficios a la empresa que la gestiona, debido al atractivo de las pirámides, independientemente de los valores especulativos propios de éste terreno y de las del resto de propiedades de los otros lugares.
La hipótesis de que, como era masón, construyó pirámides, me parece un poco simple aunque dé sentido y significado al tema. No me consta de nadie particular que haya construido en el mundo un número de pirámides de esa envergadura, ni masones ni no masones. Las pirámides masónicas son normalmente pinturas alegóricas o pequeñas pirámides en tumbas, mausoleos o monumentos funerarios, pero no las conozco tan grandes ni tampoco de base rectangular, sino de tipo cuadrada. Tampoco conozco series de pirámides masónicas sino que están solas, ni tampoco existen pirámides masónicas que no tengan otros símbolos masónicos.
En Chacona solo hay pirámides como en Egipto antiguo o América prehispánica. Mi tatarabuelo no era un excéntrico, fue masón ya de anciano, y perteneció solo tres años antes de morirse en 1878, llegó al grado 3º pero, llegó a ese grado, de un total de 33, más por su categoría personal, intelectual, social y económica. Normalmente hubiera sido grado 1º (aprendiz) pero José Sierra Afonso (su padrino del grado 33) se empeñó y le propuso personalmente para el grado 3 desde su entrada, algo que no es frecuente.
Se ha comentado también que era un campesino y nada más apartado de la realidad, porque simplemente no lo era y no cogió nunca ni una hoz ni una azada para ganarse la vida. Una de tantas hipótesis es que: el “campesino” que vivió allí las hizo como solución estética a los amontonamientos de piedras producidos en la preparación de las tierras para cultivo de las chumberas. Esto no es muy lógico, porque prácticamente las pirámides dejaban poco espacio para el cultivo. Si se quiere despedregar un terreno es porque se quiere aprovechar el terreno y no para sembrarlo de pirámides. Por otro lado, es tanta la cantidad y calidad de las piedras que se encuentran allí para la construcción de las pirámides que se sabe que se usaron piedras llevadas de otros lugares, porque tanta densidad de piedras y de esa calidad no son las que se encontraban allí. Tanta densidad de piedras y de esa calidad no son las que se encuentran normalmente en un terreno de ese tamaño (73.000 m2) y ese desnivel, desde 330 msnm. máximo hasta 315 msnm. mínimo, en el yacimiento arqueológico que existe en la finca llamada "Cueva de los Aborígenes", con un total de 15 m de desnivel, es decir, apenas 7º de pendiente máxima, la misma que se dice que se utilizó para deslizar las piedras en las pirámides de Egipto, y todo ello aunque sea en esa zona tan pedregosa como Chacona.
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En Chacona solo hay pirámides como en Egipto antiguo o América prehispánica. Mi tatarabuelo no era un excéntrico, fue masón ya de anciano, y perteneció solo tres años antes de morirse en 1878, llegó al grado 3º pero, llegó a ese grado, de un total de 33, más por su categoría personal, intelectual, social y económica. Normalmente hubiera sido grado 1º (aprendiz) pero José Sierra Afonso (su padrino del grado 33) se empeñó y le propuso personalmente para el grado 3 desde su entrada, algo que no es frecuente.
Se ha comentado también que era un campesino y nada más apartado de la realidad, porque simplemente no lo era y no cogió nunca ni una hoz ni una azada para ganarse la vida. Una de tantas hipótesis es que: el “campesino” que vivió allí las hizo como solución estética a los amontonamientos de piedras producidos en la preparación de las tierras para cultivo de las chumberas. Esto no es muy lógico, porque prácticamente las pirámides dejaban poco espacio para el cultivo. Si se quiere despedregar un terreno es porque se quiere aprovechar el terreno y no para sembrarlo de pirámides. Por otro lado, es tanta la cantidad y calidad de las piedras que se encuentran allí para la construcción de las pirámides que se sabe que se usaron piedras llevadas de otros lugares, porque tanta densidad de piedras y de esa calidad no son las que se encontraban allí. Tanta densidad de piedras y de esa calidad no son las que se encuentran normalmente en un terreno de ese tamaño (73.000 m2) y ese desnivel, desde 330 msnm. máximo hasta 315 msnm. mínimo, en el yacimiento arqueológico que existe en la finca llamada "Cueva de los Aborígenes", con un total de 15 m de desnivel, es decir, apenas 7º de pendiente máxima, la misma que se dice que se utilizó para deslizar las piedras en las pirámides de Egipto, y todo ello aunque sea en esa zona tan pedregosa como Chacona.
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ENLACES RELACIONADOS:
- http://barrocaldiazflores.blogspot.com.es/2012/11/antonio-diazflores-cartaya-i.html
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